jueves, 22 de octubre de 2009

De mis pozos y algo mas

        Tengo una compañera en la facultad que, hablando sobre tatoos, alguna vez me conto sobre una de sus amigas, que se había hecho unas huellitas por cada novio que había tenido, porque decía que cada uno le había dejado algo bueno. En ese momento, yo dije: esta loca!, pero no por sus razones, sino por el tatuaje en si.
       Yo también creo en eso de que cada persona nos marca. No solo nuestros ex-novios/as, ex-touch and go's, ex-amantes, ex-etc, sino cada
persona que participa de nuestra vida. La única diferencia es que yo marco es entre aquellas personas que dejan huellas y aquellas otras que crean cráteres, que durante las noches en vela se llenan de lagrimas.
         Mi vida hoy está repleta de personas, podría decir. De personas, no de amigos, no confundamos, no soy Roberto Carlos. Con los que construyen huellas esta todo bien; son mis amigos, mi familia, incluso mi querido novio; construyen, ojo con la palabra, porque construir es algo que hacemos con una intención, por lo tanto, la palabra huella sería la mas acertada entonces, pero dejémoslo así: Contruir Huellas. Dejar, en cambio, es algo muy diferente. Dejar se dejan a los perros en la calle (no es que esté de acuerdo con esta política, pero que hay gente que lo hace, las hay), no se deja una huella. Cuando nos dejan crean cráteres, huecos que después no es fácil llenar. Y repito, no estoy hablando solo de relaciones amorosas.
         En este momento, disfruto de mis huellas (las que construyo y las que me construyen) durante el día; me río de esas huellas, de esas memorias. Pero a veces, cuando me acuesto sin sueño, debajo de esas huellas me esperan los cráteres. Lo triste es que extraño a todas y cada una de esas personas que me dejaron cráteres, y en algun caso me siento culpable y preocupada porque el cavado sentimental fue mutuo. Y lloro. Que flor de actividad inútil llorar, no sirve para nada. No se arregla un cráter llorando por lo perdido, pero debo admitir que no me queda otra cosa por hacer.
         Si leen este blog desde el princio, en el posteo de crepúsculo, me aventuré a esbozar de hipótesis sobre porqué me gustan las novelas románticas: "hay quienes dicen que es porque mi propia vida romántica no es interesante, entonces busco consuelo en páginas de besos apasionados e historias de amor imposibles que se concretan". Hoy creo que además esos amores imposibles que nunca voy a tener (no porque en este momento tenga algún amor imposible; todo lo contrario, yo creo que todo es posible -salvo, tal vez, James McAvoy o Jude Law-, sino porque no se usan mas los corsets apretados sobre las faldas de muselina, y definitivamente no existen los seres sobrenaturalmente fuertes y veloceS), ademas de eso, se suman esas historias que alguna vez tuve y a las cuales proyecté en demasía. Me imaginé una amistad verdadera  y duradera, y un amor que podía vencer las distancias. Que ilusa. Ahora que lo pienso, no se si los cráteres quedaron por la partida de esas personas, por el abandono, o porque alguna vez alimentaron esta loca fantasía mía, y después se fueron. Tal vez. Por ahora, solo me queda agradecer a esas personas que construyen, no que demuelen. Gracias.
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1 comentario:

  1. Hola! vi que pasaste x mi blog, te digo, no es una revis, es tipo un especial de Informe 2.0
    lo compre en un kiosco de revistas, y al parecer,,vienen de muchas peliculas, pregunta en algun kiosco, por ahi de donde sos todavia no llegeron,xq del miercoles son,

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