miércoles, 25 de noviembre de 2009

Mujeres

     Yo soy mujer. Muy bien, simple, claro, nada polémico. Como marcar el sexo en un formulario cualquiera. Sexo: femenino. Ojalá todo fuera tan simple como en los formularios, aunque también sería aburrido, pero sinceramente, estoy harta de lo complicado. Estoy harta de las minas complicadas.
     Porque es así, mujeres, y que las feministas que andan dando vuelta por la web me perdonen y me refuten, pero es así. Las minas son siempre complicadas. Ellas quieren la chancha, los cinco, y la maquina de hacer chorizos. Ellas quieren tener hijos sin casarse, que el flaco se haga cargo y tener una flor de vida profesional, sin descuidar a los pibes, siempre con una vida sexual activa y variada, por supuesto, y todo eso lo planean cuando tienen 17, 18 años. Ellas quieren que los flacos que conocen en cualquier lado sean todos unos duques, que las inviten al cine, les regalen flores, paguen el cine y la comida y no les pidan sexo, a menos que ellas quieran sexo, entonces se enojan porque ellos  no les piden sexo. Ellas quieren que el flaco las atienda y sea dulce, pero que no sea goma y sobreprotector. Ellas quieren a un flaco lindo, alto y musculoso, pero con cerebro, bueno modales y, preferiblemente, de su cuadro de fútbol e inclinación política. Ellas quieren que los flacos vean fútbol ("ay, porque si no es puto"), pero que los domingos quieran salir con ellas. Ellas quieren que las cuiden de que las manoseen si se meten en el pogo de un recital, pero se enojan si el flaco se pone cuida en el boliche. Y siempre se quejan. Siempre el flaco tiene la culpa.
     ¡Por el bien de la humanidad, mujer! ¡No podes tener todo, y en bandeja de plata! Estoy harta. Público masculino, por favor, secúndeme, y público de sexo femenino, acéptenlo, son (y somos, porqué no), muchas veces, gatas floras.


Nota: no usé Nosotras en ves de Ellas, porque creo no tener estas características, y me quejo de la gente así desde muy chica.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Una flor para otra Flor, de Flor

      Mi papá me compró una cámara de fotos nueva. Bah, no ME compró, compró para la casa, para la familia, ¿vieron? Pero soy yo la pobre tonta con aspiraciones de fotógrafa, asi que yo la tomo como un regalo personal. Es hermosa, una Nikon 3000, com todos los chiches. Es estúpido ponerse feliz por algo material, y sin embargo, estoy felizzzz.
      Bueno, el tema es que hace una semanas vengo comprandome flores, porque nadie me regala y me encantaría que lo hicieran (no es un palo, es la verdad), y resulta que no las odio tanto como pensaba (siempre les tuve un odio injustificado a las flores, vaya a saber Dios porqué, por eso digo que es injustificado), porque me encanta como se ven sobre mi televisor contra la ventana (al lado del yin y yang portavelas rojo y negro que también tengo), entonces me las compro, si total, nadie se entera.
      Y entonces yo estoy con mi cámara nueva, en mi casa, probando sacar fotos con flash, sin flash, modificando pelotudeces, y saqué un par de mis hermosas flores rojas. Rojas, si, porque siempre me las compro del mismo color. Amo el rojo.
Y me di cuenta, mientras sacaba las fotos y pensaba en subir algo a este pobre blog que tan abandonado de lectores y de autores está (es decir, yo no subo y nadie firma), en que me estas benditas flores, las yerberas, son mis preferidas, y no los jasmines como creí toda mi vida (preferencia por la cual mi papá siempre me cargó, diciendo que los jasmines son flores de vieja y que se yo qué cuánto). Bonita cosa para venir a darse cuenta a los 18 años, que tus flores preferidas son otras de las que creías (no es tampoco que la gente hoy en día te pregunte ya cuál es tu flor favorita, hoy los pibes van directo a los bifes).
      Me pregunté el porqué este inesperado cambio, y ahí me iluminé: me gustan las yerberas porque so como yo: grandotas, coloridas, tranquilas, baratas, simples. Lo de baratas queda realmente mal, pero entiéndanme: soy una yerbera porque conmigo no hay problema (o eso creo, habría que preguntarle a Ivan, pobre), porque pienso en simple, no me gusta complicármela. De verdad, las yerberas son mi flor.


lunes, 2 de noviembre de 2009

Love is in the air

        Todo el mundo habla de amor. All you need is love, decían los Beatles allá por 1967, poniendo al amor en un pedestal: el amor todo lo puede, es todo lo que podría querer alguien. Y después, 34 años mas tarde, viene el ruludo Andres Calamaro a decirnos que era mentira, que no se puede vivir del amor.
        Todos creen que saben todo del amor. ¿A quien no le rompieron el corazon alguna vez? Y prque alguna vez nos pasó, creemos tener el derecho de hablar, como si hubiéramos vivido toda una vida, como si con nuestros pocos años (nunca van a ser suficientes para ver que nos depara la vida) pudiéramos comprender aunque sea una minúscula parte de este gigante que es el amor.
        ¿Que es el amor?¿Para qué sirve?¿Porqué nos emanoramos? Todos nos preguntamos lo mismo (algunos mas que otros). Love prevails over all, escribe System of a down. A todos nos gusta escuchar eso. Nos gusta creer que, mas allá de todas las porquerías humanas, el amor continúa intacto. Queremos oír que no importa cuan viejos nos pongamos, cuánto le gritemos al otro, cuánto lo maltratemos, cuánto lo engañemos, el amor va a seguir vivo, va a soportar todos los tropiezos. Mi pregunta es: si amamos y queremos que nos amen, ¿porqué, entonces, gritamos, maltratamos, engañamos? No digo que no evnvejezcamos, pero que cuidemos un poco mas al amor. Si después de todo: The greatest thing in life is to love and be loved in return - Moulin Rouge-.
        A pesar de ser una amante de la comedia musical, quiero creer que la verdad no está en Cabaret cuando cantan "Money makes the world go round". Me gusta pensar un poco mas como las chicas superpoderosas, que para vencer al payaso malvado cantan: "El amor, amor, amor, el amor, hace al mundo girar", y que, a pesar que no lo veamos, Love is in the air.