domingo, 28 de febrero de 2010

Chapada a la antigüa

Yo no se ustedes, pero cuando tenía 12 años e invitaba una amiga a dormir, veíamos películas, comíamos pochoclos, hablábamos de chicos, criticábamos a la tarada malparida de turno y terminábamos durmiendonos despues de horas y sin voz, tipo 4 o 5 de la mañana. Ahora todo eso me parecce lejano, y cuando veo a mi hermana con sus amigas no sólo me da rabia porque ella es joven y bella y tiene varios años de escuela secundaria (por ende, de estar al pedo sin preocupaciones) y "sleepovers" por delante, sino porque toma el control completa y deliveradamente de la computadora.

Cuál es la onda? Yo entiendo (y hasta ahí, porque a veces me parece un disparate que pase taaaanto tiempo en la compu haciendo nada) que use "el ordenador" cuando esta sola, pero... ¿cuando viene la amiga descerebrada de turno? Así no va, nena. Anda, jugá a vestir a las mñecas de plástico, no las digitales; jugá a la mamá divociada que se quedó con la plata del marido, pero no en el simulador de www.cuandoseagrandenomevaaquedarnimedianeurona.com; jugá a que sos la maestra y tu amiguita la alumna modelo, y de repente te vas a encontrar que Vuelvo se escribe, efectivamente, con V, y no con B con vos pensabas; armen una coreografía para la canción mas estúpida que encuentres, no en la play, sino efectivamente ¡con tus propias extremidades!; andá y aprendé a tocar la guitarra, pero la de madera con 6 cuerdas, y no los 4 botones (5, si sos muy groso) del joystick.

A mi diganme vieja, retrógrada, quedada y lo que sea, pero esta generación está perdida. ¿Cuál es el lugar que le queda a la imaginación? ¿Qué pasó con aprender a jugar al truco con cartas? ¿O el Pictionary? ¿El digalo con mímica? ¿Y con el "operando"?. Sinceramente, esta nueva generación y sus modos me pierden. ¿Puede todo haber cambiado tanto en tan poco tiempo? ¿No nos estaremos perdiendo de algo? ¿No se estarán perdiendo de algo?.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Frio de una noche de verano

Anoche dormi con colcha. De hecho, no dormi con colcha, pero me tuve que despertar a itad de la noche a taparme, porque tenia frío. Si, frío, y si, yo. Increible. ¿Me estoy volviendo loca yo o se esta volviendo loco el tiempo? A mi me parece que vamos miti miti.
Parto a buscar memorias externas por la ciudad para guardar la 12384792828689 fotos que tengo en mi pobre computadora. Salgo con buzo, porque afuera estoy convencida que hace frío. Deseenme suerte.

domingo, 14 de febrero de 2010

Dia de los...

Estuve leyendo poquito y nada en Wikipedia (fuente inagotable de conocimientos, cuasi fuente de sabiduria para aquellos amantes del google), y lo poco que comprendi, es que la gente vivió siempre equivocada, y el 14 de febrero no es ninguna excepción.

Sin embargo, me uno hoy desde los remótos páramos de usuhaia, la ciudad del fin del mundo, a las hordas de machos románticos que hacen aumentar las ventas de chocolate que (en la ciudad de Buenos Aires donde hace 30º) nunca se venderían de ser la costumbre, por ejemplo, regalar carteras por el día de los enamorados. Porque siempre fui, soy, y voy a ser una romántica incurable, de esas que esperan, cual Fiona en Shrek, que venga su Prince Charming a buscarlas en un caballo blanco con un ramo de rosas y muchas promesas de amor inacabable, fuerte como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie. Luckily, yo tuve y tengo mas suerte que Fiona; en la lotería del amor (porque es así, uno no elige de quién se enamora) me saque un Jackpot, porque mi novio no solo no es verde, sino que además es compañero, comprensivo y muy paciente, cualidad por la que estoy infinitaente agradecida, ya que sin paciencia conmigo no se puede estar.

En fin, feliz día enamorados, con pareja y sin ella. Porque no estoy de acuerdo con aquellos que se deprimen en San Valentín por estar solos; nadie está solo y todos deberíamos estar enamorados: de la vida, de los que nos rodean, de Taylor Lautner y también, porqué no, de George Clooney, del vecino al que nunca le confesamos nuestro amor, del chico del almacén, de nuestras mascotas, de nuestro primer novio y de nuestro último también, y por supuesto, de nuestro actual. Ámense los unos a los otros, con la misma intensidad con que odian los que odian.



"Tal vez no hicieron nada que no hubieran hecho otros, pero es muy distinto hacer el amor amando"
Isabel Allende - La isla bajo el mar

miércoles, 3 de febrero de 2010

Verano puaj

Nunca voy a entender a las personas a las que les gusta el calor, jamás de los jamases (o jamaces, no se como será). Es algo que no me entra en la cabeza, como alguien, por chiflado que esté, le puede gustar salir a la calle y empezar a transpirar, no poder moverse demasiado sin sentir que le falta el aire, no encontrar sosiego de tanto calor aún con el aire acondicionado prendido en -2 grados dentro de la pileta, convirtiendo el agua en cubito. No lo comprendo, porque aunque el agua sea cubito, tu casa sea lo mas parecido a un frigorífico (y no lo digo porque el dueño de la casa parezca un chancho), "lo que mata es la humedad", es decir, en cuanto fuiste al baño, volves hecho un charco, y en cuanto saliste de la pileta, tenés quemaduras grado 4 y mucho, pero mucho mucho, muchísimo calor (ni hablar del pelo tipo león o, peor aún, como lamida de gato con frizz, decime si hay algo mas feo que eso).

Es cierto, no lo voy a negar, que en invierno no podemos adquirir este doradito que luzco ahora (fruto de horas de bancarme la arena que te tiran los mocosos en la playa) porque te agarra gangrena, pero para eso Nivea, Dove, y todas las marcas conocidas dedicadas a engatusar a la mujer, perdón, a laburar porque la mujer se vea bella y radiante las 24 horas del día (porque no nos olvidemos que hay cremas para ponerse hasta cuando uno quiere ir al baño) sacan cremas, cremitas, ungüentos y demases para que luzcas "un bronceado parejo todo el año"; bull shit. Yo prefiero tirarme tipo morsa (o lagartija, como prefieren decir algunas) al sol y quemarme ahora, y bancarme el pálido tipo Edward Cullen (sin los brillitos cuando me pega el poco sol que se filtra entre el smog) en invierno.

Odio el verano. La sensacion que me agarra cuando me pongo un jean y siento que me acaba de agarrar la inquisición y es un elemento de tortura. Viva el invierno, los sweaters, los polars, los buzos, buzitos, tapados, camperitas, impermeables, poleras de lana, morley, algodón y lycra, todo para abrigarse un poquito y terminar pareciendo un equeco (que nunca me quedó claro que carancho es, pero mi mamá siempre me repite). Invierno, y no se para qué se gastó Vivaldi en esribir sobre las otras tres estaciones.
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lunes, 1 de febrero de 2010

Despedida tardía


En este juego de idas y vueltas que es hoy para mi ese tirón constante entre la vida y la muerte, te tocó irte, a 350 km de donde yo disfrutaba de la playa, sin posibilidad de despedirme.

Fuiste la mejor, una verdadera monarca del Nilo que fue para vos nuestro departamento que ahora suena vacío sin tu presencia, departamento donde te hiciste a tus anchas, sabiendo que acá y en nuestros corazones, reinabas vos, Cleopatra.

Fuiste una compañera fiel y arisca, hermosa y bizca como solo vos sabías serlo. Que te vamos a extrañar, eso es seguro; a vos, a tus travesuras y a tus mimos.

Te despedimos sabiendo que te fuiste en paz, tranquila y sin dolor después de todos los cuidados que supimos darte. Te despedimos llorando de amargura por no haberte podido acariciarte una vez mas (que ingenuos que fuimos en creer que ese “chau, cleo” no era definitivo). Te despedimos sabiendo que no va a haber otra gata como vos, porque Cleo hay una sola.

Chau, gatita linda, te quisimos, te queremos, y te vamos a querer siempre.