jueves, 29 de julio de 2010

trillado

Yo tengo una amiga (tengo 2 o tres, en realidad, pero no me gusta estar presumiendo) que está enamorada. Hasta ahí, nada raro. Con esto de que en el verano es válido enamorarse fugazmente, que la primavera es la estación del amor (por el tema ese de las flores, aunque a mi hace mucho que alguien me regala ni una margarita cortada del balcón), con que el otoño es muy romántico por el tema del color de las hojas, y que en invierno hace mucho frío como para andar solos. Pero el tema con esta chica es que es un amor no correspondido. What a bosta, ¿no?
El tema con los amores no correspondidos no es raro, y me atrevería a decir que todos tuvimos alguno alguna vez. Es raro, y doloroso, y frustrante el saber que uno podría darle tanto a alguien y no se nos está permitido. Es como: “mirá, mirá, tengo 10 bon o bones para darte”, y obtenés por respuesta un “no me gusta el bon o bon”. ¿Vos venís de otro planeta, flaco? ¿Quién puede negarse a un bon o bon? ¿Quién se atreve a negar un amor tan entregado, tan desinhibido, for free y sin pedir recompensa? Vos debés estar loco, ser sadomasoquista o simplemente ciego.
Hay gente que da la vida por amores como el que se ofrecen en cada esquina de nuestra atiborrada ciudad. Pero también hay gente que lo desperdicia. Debe ser esto de los polos magnéticos, uno que si con uno que no. Pero mira que injusta la vida.
A veces, cuesta saber que se tiene entre manos hasta que vemos que pasa alrededor (nótese que no hace falta perderlo, como dice esa frase trillada fea). Simplemente, hay que abrir los ojos.


It's killing me
You're all I see
One life is not enough
You're all I need, the air I breathe
I can't live without your love

----Billy Ray Cyrus

Mary's in India

En Letra y Música, cuando Drew Barrymore está intentando escribir la canción "Way back into Love", ella dice: "love lost, love found, love lost again", y Hugh Grant le responde: "it's begginning to sound a little bit like luggage". Yo opino como Hugh, pero también como Drew, y se me mezcla todo y no me entiendo nada. Por eso, porque nunca entiendo nada, hoy dejo una canción de Dido sobre Danny, un pobre tipo como todos nosotros, que encontró el amor, pero se le perdió.
Esta canción la escuché por primera vez creo que hace como 5 años (dios, que vieja que estoy) en una clase de inglés, y honestamente pienso que si Dido hablara español, la canción se llamaría: "El que se fue de Sevilla, perdió su silla", o "Alpiste, perdiste". Con ustedes, la historia de la pérdida, y de la recuperación de esos baches de corazón que nos van dejando los que nos dejan.

Mary's in India

Danny is lonely 'cos
Mary's in India now
She said she'd call but that was three weeks ago
She left all her things
Well, her books and her letters from him
As the sun rises on Mary, it sets on him

And just dance, and just drink
And just see the things
I'll probably never get the chance to see

Danny's not eating, he's drinking and sleeping in
I saw him last night at a party, he's definitely thin
He says he's happy, he looked pretty good
But I think
That as the sun rises on Mary, it sets on him

And just dance, and just drink
And just see the things
I'll probably never get the chance to see

Danny came over last night and I cooked for him
We talked about you, Mary, and how much we loved you still
He told me he's packed up your books and your letters andthings
But as the sun sets on Mary, it's rising on him

And we danced, and we drank
And I've seen some things you probably never got the chance tosee

Don't worry, Mary
Cause I'm taking care of Danny
And he's taking care of me

viernes, 16 de julio de 2010

El invierno sería bueno para el corazón y malo para la espalda

Muy de crónica para cuando me vuelva famosa por mis teorías de porqué el invierno es bueno y el verano malo, and so.
Todos los q leen este blog (2, 3 personas con suerte) saben porqué el invierno es bueno para el corazón (el mío, por lo menos). Los grados bajo cero nos (me) hacen cantar cual Xuxa callejera –léase: todo el mundo está feliz, muy feliz, y no deja de bailar, de bailar-, y las campera, bufandas, botas y demás nos hacen reventar los ojos de envidia (si, eso está dentro de lo bueno del invierno).
- Pero, Flor, ¿porqué tu tan amado invierno es malo para la espalda? -, pregunta la parte racional de mi cerebro.
¿Ustedes vieron cómo camina la gente por la calle? Imbuidos en sus buzos, polars (o pólares, depende cuán seguidores amantes de mi no tan amiga la RAE sean), sweaters, tapados, impermeables, anoraks, gamulanes y ponchos, entre otros, la gente camina con su cabecita metida dentro del cuello, cual tortuga hibernante. Esto hace que suban los hombros y bajen la cabeza, y no al ritmo del último hit de la cumbia, sino porque el frío les congela hasta el último pelo de…la ceja.
Entonces, caminando por las calles de Buenos Aires durante el día mas frío del año (iupi iupi), Flor le encontró lo único bueno al verano: no nos hace doler la zona del omóplato.
Aún así, viva el invierno, el frío, y las gatafloras como quien les escribe. We rock.