miércoles, 11 de agosto de 2010

Remeber...

Esto es lo que pasa cuando Flor tiene que escribir una nota para el diario escoolar:

Jack London nació en 1876 en el estado de San Francisco, California. Escribió más de 50 historias en sus 40 años de vida. Fue un autodidacta que, con el transcurso del tiempo tuvo diferentes trabajos, los cuales influyeron en su producción literaria. En esta ocasión, nos referiremos solo a El llamado de lo salvaje y Colmillo Blanco.
La primera, cuyo nombre original es The call of the Wild, relata la historia de un perro llamado Buck, mezcla de San Bernardo y ovejero escocés, que vive en California y es vendido por un peón para tirar trineos en Alaska. A partir de este momento, su vida da un giro inesperado, y debe enfrentarse a una realidad a la cual no está acostumbrado.
Colmillo Blanco, por su parte, comienza con la historia de dos hombres en un trineo, que se enfrentan a una manada de lobos liderada por una feroz ejemplar de su especie, que atrae a los perros para asesinarlos impíamente. El relato, entonces, cambia su foco de atención para centrarse en la historia de esta líder, su lucha por la supervivencia, y su cachorro, quien es más tarde adoptado por una aldea, donde le es otorgado el nombre de Colmillo Blanco. A lo largo del relato, este personaje, que da nombre a la novela, atravesará situaciones que terminarán por cambiar su naturaleza.
Pero no son las historias de estos animales lo que nos llevó a escribir este texto, sino la manera en que se relacionan con su autor. Las características que más resaltan son los ambientes, los tiempos y los oficios que se describen: el autor trabajó en Yukón, fue víctima de la fiebre del oro y tuvo problemas con la bebida, mientras que el dueño de Colmillo Blanco, Castor Gris, llega al mismo lugar en busca de oro y pierde al lobo por culpa de la misma adicción. Buck vive en una estancia en California y termina tirando de un trineo, mientras que el autor nació en esa localidad y uno de sus múltiples trabajos consistía en manejar un trineo.
London solía decir que “las acciones del hombre son la causa principal del comportamiento de sus animales”; pensamiento que se ve explícito en ambas obras. Buck, mientras vive con su amo en tranquilidad, no realiza ninguna proeza, no es rápido ni salvaje; sin embargo, la ambición de ser el primero en tirar del trineo, la constante lucha por la supervivencia y el alimento, lo convierten en un perro fuerte, valiente y en un ágil luchador. Colmillo Blanco cambia de dueños tres veces: Castor Gris es un cazador, y los perros de la aldea lo fastidian, por lo que se ve obligado a imponerse en la lucha y a aprender del oficio de su “Dios”, como llama él a los humanos; el hombre que lo adquiere en orillas del Yukón, el Hermoso Smith, lo hace participar de luchas de perros, y nuestro protagonista se convierte en un ser arisco, violento y carente de emociones; por último, el “Maestro del amor” lo protege, consiente y le enseña el arte de ser protector y doméstico, transformando al lobo en un ser sociable, que posee las características de un perro como cualquiera de los que conocemos hoy.
Nuestro autor declaró, a causa de una denuncia por plagio, haber usado fuentes periodísticas para escribir sus textos, por lo que existe una posibilidad, aunque remota, de que una parte de estos alucinantes relatos sea real. Sin embargo creemos que London fue un gran plagiador de sí mismo: muchas de sus historias acuden, como en el caso de las mencionadas, a lobos o perros. A pesar de utilizar personajes similares (siempre el animal es maltratado por un hombre, y es un hombre quien le devuelve su “humanidad”), los procesos realizados por éstos son inversos: Buck es una mascota que pasa a formar parte de una manada de lobos por hacer caso a su instinto y al llamado de su salvajismo, y Colmillo Blanco logra dejar de lado a sus antepasados para viajar a la ciudad con el hombre de quien obtuvo la felicidad.
Está visto cómo los autores expresan a través de sus obras sus sentimientos, incluyen vivencias propias o comparten ideas, pero, sin duda, en London, esta característica está mas que acentuada, por motivos que ya mencionamos anteriormente.
Para finalizar, cabe destacar que sus historias narran hechos que pueden ser fácilmente imaginados por el lector, tan solo con dirigirse a un libro de historia o incluso a la realidad; y a esto se debe la trascendencia en el tiempo de sus libros. El poder transportarnos a bosques helados, campos cálidos, y metamorfosearnos en el cuerpo y la mente de un animal es, sin duda, un atributo que no se puede pasar por alto: Jack London es uno de los mejores autores de novelas que conocemos.


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